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lunes, 26 de julio de 2010

Nuevo Circo Tierra de Nadie






Blanca González/Fotos Miguel Acurero
bgonzalez@cadena-capriles.com

Cuando apenas cae la noche en el Terminal del Nuevo Circo, la realidad se asemeja a una película de terror. Entre la oscuridad, la inseguridad y la suciedad del recinto, se tejen inmensas colas de personas que aguardan a la buena de Dios que una unidad de transporte llegue al andén para llevarlos a casa luego de la agotadora jornada diaria de trabajo.

Los autobuses brillan por su ausencia, y cuando una unidad se acerca a la zona de embarque comienzan los gritos, golpes, empujones, malas palabras, zancadillas y robos.
Lo más triste es que después de todo el zafarrancho, los coleados logran subirse al bus y los que estaban en cola tienen que resignarse a seguir esperando.

Así transcurre el tiempo para mujeres, niños, ancianos, personas con discapacidad; gente que tiene que aguardar el transporte hacia sus casas, en las llamadas ciudades dormitorios de Caracas, por más de cuatro horas cada día.

No hay autoridades con quién hablar, pero todos los usuarios quieren declarar: "Aquí tenemos más de seis horas. Estamos siendo solidarios, aguantando lluvia, hambre, cansancio. Hay señoras en estado, ancianos. Exigimos que tomen medidas en el terminal. Necesitamos que manden buses rojos-rojitos para cubrir las necesidades del pueblo", nos dice Henry Rivas.

Karina Calderón advierte: "Estamos desde las 3 pm y no llega ni un carro, puro pirata a 20 bolos. Aquí todo es pagar, si quieres ir al baño tienes que pagarlo a BsF 2 o 3".
Aún más dura es la revelación de Grismarys: "Nos violan los derechos humanos, esto es horrible, siempre ha sido así. Cuando llega un autobús y se arma el despelote, la policía viene y roba a la gente y le decomisa la mercancía a los buhoneros".

Muchos denuncian mafias y aseguran que están en complicidad con las líneas: "Los choferes cargan aquí y en Coche cargan otra vez, y ahí es donde los malandros nos bajan a todos", refiere María Pérez.

Pero uno de los principales problemas es que "después de las seis de la tarde, las líneas legales se vuelven piratas. Les dan comisión a los fiscales para que vengan a buscar gente y así llenan las unidades, cobrando el triple de lo que cuesta el pasaje. No hay policía que controle, ni nadie del Gobierno. Después de las 6 el Nuevo Circo es tierra de nadie", sentencia Martín Vilera.


Comisión de transporte resuelve
El presidente de la Comisión de Transporte del Concejo Municipal del Municipio Libertador, Francisco Avilés, precisó a Últimas Noticias que el próximo martes 27 se instalará una mesa de trabajo entre el Intt, la municipalidad y las empresas transportistas, para "buscar una solución al problema del Terminal del Nuevo Circo". "Me comprometo a terminar con esa anarquía", anunció, al tiempo que reveló que toda la situación que allí se denuncia es "la verdad verdadera", pero aclaró que es el Intt la autoridad encargada del terminal de pasajeros. No obstante, manifestó que por ordenanza le compete al municipio Libertador el control. "Si la gente quiere autobuses rojos-rojitos, se puede hacer", indicó.

jueves, 8 de julio de 2010







Areperas se "blindan"


Blanca González/Fotos Miguel Acurero




"La necesidad me trajo hasta aquí para comprar unas arepitas y no tener que llegar cocinando a la casa", nos dice Geily Hernández, quien luego de una agotadora jornada laboral, hace una parada en Las Mercedes para surtirse de varias "reinas pepiadas y llaneras", para acto seguido, encerrarse en su vehículo y darle chola hasta su hogar.


"La gente ya no sale de noche a comer", nos revela José Figueredo, encargado de El Budare en San Bernardino, quien explica que muchas areperas para funcionar en la madrugada, han buscado su propio equipo de seguridad para contrarrestar al hampa.


Y tan obsesionados están con el tema de la inseguridad, que pese a que los locales se afanan en atender a la noctámbula clientela, hay quienes viven paranoicos: "¿Quién es usted? Lo siento, el jefe no habla con nadie, tampoco el personal", sentencia un joven de manera intimidante en un local frente a la CTV.


No obstante, justo al lado de ellos, otro establecimiento del mismo ramo, nos abre sus puertas, "lo que pasa es que nosotros ya conocemos a la clientela y cuando vemos a alguien desconocido, nos ponemos en guardia. Hemos sido víctimas de la delincuencia varias veces, así que tenemos que estar mosca", nos indica el encargado, quien no revela su nombre.


De hecho, pocas areperas ahora se arriesgan a tener un prolongado horario y se han visto en la necesidad de restringirlo de lunes a jueves, "salvo los fines de semana, cuando la gente viene durante toda la noche", indica José Nóbrega, desde La Caracas de Ayer, en Las Mercedes.


Y es que aunque sigue siendo un negocio tener una arepera 24 horas, "la situación económica y la inseguridad han bajado notablemente las ventas", revela Elio Abreu, encargado de la célebre 300 de Quinta Crespo; unas de las tantas que ha tenido que "blindarse" para mantener sus puertas abiertas de día y de noche.


Los comensales también se han visto afectados, "ya casi no tenemos para dónde ir, porque si quieres sentarte a hablar en un sitio, lo único que abre toda la noche son las areperas, pero muchas veces las asaltan y ya uno no se siente seguro en ninguna parte", sentencia Idalys Sánchez.